Hace unos días, el 11 de febrero, fue el Día Internacional de la Mujer en la Ciencia.
Más o menos a la par, se publicaba el informe anual de 2015 de mi universidad, KTH en Estocolmo, donde se comentaba que la cantidad de mujeres catedráticas (professor) y profesor contratado doctor (Associate Professor) había aumentado ligerísimamente, mientras que en el nivel de Profesor Ayudante Doctor (Assistant Professor) había empeorado mucho porque no se había contratado a ninguna mujer en 2015. Repito: cero mujeres contratadas. No sé cuantas plazas han sido asignadas en total, porque el informe aún no está publicado, pero me da igual: un 100% de las plazas adjudicadas a hombres no augura nada bueno.
El sistema de contratación del KTH es relativamente nuevo; el Tenure Track, o carrera científica, tiene tres etapas: Assistant Professor, Associate Professor, Full Professor (o Professor a secas). Esto está normalizado desde hace unos pocos anos (5 quizá?), y antes no existían las dos categorías intermedias como tal: eras un investigador/profesor temporal, o eras un investigador/profesor fijo. Se implantó el sistema para mejorar la estabilidad de la carrera investigadora, entre otras cosas para atraer a más mujeres a la misma. Y es que las mujeres, a pesar de ser más de la mitad del total de universitarios, desaparecen según se sube en la carrera científica (efecto conocido como «fugas en la tubería», o «Leaking Pipe«).
Pero no sólo se ha hecho esto para mejorar la igualdad en los puestos superiores en academia. Suecia es un país que se toma bastante en serio el tema de la igualdad, con un partido político feminista a punto de entrar en el parlamento. Los comités de selección de la universidad tienen formación específica sobre igualdad. Las ofertas de trabajo son revisadas por un equipo especializado en igualdad para que la manera en la que están escritas no provoque rechazo en las candidatas mujeres. El comité de expertos internacionales que analiza los currículums (sí, se dice así) es igualitario. Los candidatos en las entrevistas finales suelen ser el mismo número de mujeres y de hombres. Los procedimientos se revisan continuamente para evitar procesos de selección viciados. Y esto es sólo lo que se hace respecto a la contratación de científicos, que a nivel de carrera, master, doctorado, etc. las clases específicas o los grupos de apoyo son algo muy común.
Y a pesar de todo, muy a pesar de todo esto, el año pasado no se contrató a ninguna mujer en el escalón más básico de la carrera científica en mi universidad. Estas personas serán los futuros Assistant Professors y Professors, de manera que estamos lastrando la igualdad en el futuro a medio plazo.
Me consuela un poco que el propio presidente de la universidad dice que esto le preocupa mucho, y que están reuniéndose para tomar medidas al respecto, entre las cuales se encuentra centralizar aún más el proceso de contratación (hoy en día está controlado por las distintas escuelas). Ya veremos lo que se consigue, pero viendo todos los esfuerzos que se están haciendo y el resultado que tienen sólo me queda pensar: qué difícil es cambiar según qué cosas.