Viendo el eclipse con niños de 5 años

Si no sabes que hoy había un eclipse es que has estado encerrado toda la semana en un bunker, supongo. Si no, pues te lees esto. Total, que tenemos eclipse solar y la luna tapaba casi un 90% del sol en Estocolmo. Como en la guardería de nuestros retoños insisten mucho en que de vez en cuando vaya un padre o madre a contar historias de su país, o leer en su propio idioma para fomentar la interculturalidad y el respeto a lo diferente, pues yo pensé que por qué no enseñar un poco de ciencia.

Zonas donde el eclipse era visible

Compré cristales de soldador, me preparé con cuidado lo que iba a contarles a los niños y en qué orden, y después de dos semanas con sol día sí y día también… la predicción de hoy es que nieva. Nubes y nieve. Y no sólo eso, ya que hoy mismo por la mañana recibo un aviso del profesor que dice que el Director de la escuela les ha prohibido sacar a los niños a la calle por «temas de seguridad». Sí señor, cuando hace sol salen a la calle y no es un problema. Pero con un eclipse, en que la intensidad es menor, y además con el cielo completamente cubierto por nubes, no pueden salir porque puede ser peligroso. Y qué tal si le preguntas al que ha propuesto la actividad? Es que no se les puede enseñar a los niños que no miren al sol? Crees que los niños de cinco años son estúpidos?! Bueno, resignación al canto y al cole que vamos para, como mínimo, cumplir con la promesa que les hice de ir y explicarselo. Y por el camino me encuentro que las nubes no es que lo estropeen… sino que hacen que se vea a simple vista!

Magistral foto sacada con mi móvil, no me lo tengáis en cuenta.

Llego allí y estaban esperándome diez niños y niñas de cinco a seis años con ganas de que les contara algo. Mi plan era explicar lo siguiente:

  1. Tierra y sol, noche y día. Con dos pelotas, explicar que la tierra gira sobre sí misma y el porqué del día y de la noche.
  2. Añadir una tercera pelota, la luna, y explicar que ésta gira al rededor de la tierra. Explicar porqué a veces la luna se ve de día y a veces se ve de noche.
  3. Explicar qué ocurre durante el eclipse.

El plan se ha cumplido, dentro de cierta tolerancia… el ansia de los niños por preguntar (o hablar sobre cosas que no tenían nada que ver) ha hecho que todo haya sido un poco caótico; pero justo antes de marcharme, el profesor les ha preguntado cuatro conceptos muy siples y parece que les han quedado claros. Lo mejor es que desde una ventana de su clase se veía el eclipse filtrado por las nubes (chúpate esa, Director!) así que por turnos han tenido la oportunidad de verlo en directo.

Lo que más me ha sorprendido es lo fácil que es categorizar a los niños mientras están hablando. En éste grupo de 10 teníamos los siguientes (uso el masculino como género neutro):

  • El pasota. No ha prestado atención, no ha preguntado nada, pero tampoco ha molestado.
  • El chulito. Cuando él era pequeño sus padres le llevaron de viaje por el espacio y vieron un eclipse super cerca del sol. Que sí, tío.
  • El escéptico. Le ha respondido al anterior con un muy poco diplomático «Creo que estás mintiendo». Gran solución del profesor diciendo que «está usando su imaginación».
  • El curioso:
    • «Si el eclipse hace que el sol desaparezca cuando es de día… se hace de día en la parte de la tierra que es de noche?»
    • «Y qué pasa en la mitad de la tierra, donde no es de día ni es de noche?»

Todos hacían un poco de todo, pero no he podido evitar encasillarlos mientras me interrumpían con sus preguntas y sus <eufemismo> historias poco realistas </eufemismo>. El comentario más repetido al verlo en directo era «es como una banana!». Ahora vuelven a ser símplemente niños y niñas de cinco años. Yo he salido muy contento con la experiencia, espero que ellos también. Si cualquiera de ellos le pregunta sobre el eclipse esta tarde a sus padres, doy por cumplido mi objetivo.

Vinterresa

Vinterresa (c) – del sueco Vinter (invierno) y Resa (viaje). Migración anual de los habitantes del norte de Europa que cada año a finales de otoño, viajan miles de kilómetros para alejarse de la deprimente opacidad y oscuridad norteña.

Las migraciones anuales son comunes a diversos archipiélagos atlánticos.

Personalmente, es más que probable que no responda a los comentarios de esta entrada ni a las menciones en las redes sociales. Estoy haciendo la fotosíntesis.

Resígnate, vampiresa

Mavis y Johnny, los protagonistas de nuestra historia, están charlando sentados en el tejado del Hotel Transilvania, hablando de los viajes que ha hecho Johnny, cuando  de pronto…

Mira qué cara de interesante pongo. Ahum.

Mira qué cara de interesante pongo. Ahum.

(Dramatización)
– Cómo? Que nunca has visto un amanecer, Mavis, con lo bonito que es? Tenemos que solucionar esto! – pone cara de interesante.
– Pero Johnny, soy una vampiresa! El sol me quemará todo el cuerpo en cuanto salga!
– Tu déjamelo a mí… ven aquí…

watching_the_sunrise

Desde aquí veremos el amanecer sin que sufra tu delicada piel.

Y así, ocultándose detrás de la chimenea, es como nuestra adorable vampiresa queda embelesada por la belleza del sol al salir sobre los Cárpatos, mientras siente mariposas en el estómago y… Stop! Para el carro, para. Cómo dices que ha visto el amanecer? Agazapada tras una chimenea? Y no se ha quemado nada? Pues va a ser que no me lo creo.

Premisa

Para analizar lo que acaba de pasar, supongamos lo siguiente: los vampiros cuando se exponen de manera directa a la luz del sol se queman, y por lo tanto humean (como mínimo los de esta película, ya sé que los de Crepúsculo sacan chriribitas, pero en Hotel Transilvania se queman como todo hijo de vecino vampírico -tal y como podemos ver más tarde en la película donde Drácula se ve obligado a calzarse un sombrero mejicano- ). En esta escena la teen-vampiresa no humea, ergo no ha recibido rayos del sol directamente en su piel.

dracula_hat

*sigh*

Discusión

Si la vampiresa no se quema mientras sale el sol, eso implica que está perfectamente tapada por la sombra de la chimenea tras la que se encuentra agazapada. La sombra es, básicamente, la zona a la que los rayos de sol no llegan de manera directa por haber un obstáculo que se lo impide, y por lo tanto no se quema.

S - sol; A - objeto oculto tras la chimenea; B - objeto parcialmente oculto tras la chimenea.

S – sol; A – objeto oculto tras la chimenea; B – objeto parcialmente oculto tras la chimenea.

Otra cuestión a analizar es cómo vemos los objetos: los vemos porque la radiación que emiten o que rebota en ellos entra en nuestros ojos, donde los bastones y los conos se encargan de transformarla en señales eléctricas que enviar a nuestro cerebro para que interprete lo que acabamos de ver. Si podemos ver los objetos situados en zonas de sombra es porque la radiación visible se refleja en todos los objetos y acaba llegando a la zona de penumbra, donde se refleja de nuevo para acabar en nuestros ojos. Se ve más tenue porque la reflejada es sólo una pequeña parte de la radiación.

Ergo, para que la vampiresa vea el amanecer es necesario que los rayos del sol entren en sus globos oculares. Y si está oculta tras la chimenea, eso es imposible.

Alaaaaaaa......

Alaaaaaaa……

Conclusión

Resígnate, vampiresa. Nunca podrás ver el amanecer sin quemarte las retinas. O el iris. O todo el ojo en general y, de paso, también la cara.

*snif*

*snif*

Esta entrada participa en el Quincuagésimo Primer Carnaval de Física (Abril de 2014) alojado en del Carnaval de la Física cuyo blog anfitrión es ::ZTFNews.”, dedicada al April Fools’ day. Así que me lo he intentado tomar con humor!

Además, es la entrada inaugural de una sección sobre gazapos científicos en películas de animación, que cuando las veo con mis hijos me paso de escéptico y criticón… y ya tengo un par localizados.